Si tuviera que elegir una naranja entre una bolsa de naranjas sin duda sería la de la piel azul. Siempre he tenido una predisposición natural a fijarme en lo diferente. Por suerte a pesar de vivir en una sociedad tantas veces robótica, cada vez se valora más la valentía de sentirse y reconocerse diferente. Los docentes tenemos parte de esta responsabilidad. La educación es la gran aliada a la hora de acompañar y empoderar la diferenciación. Una vez más la naturaleza nos da lecciones recordándonos que los ecosistemas deben ser ricos, variados e integrados por comunidades de vegetales, animales y microorganismos que interactúan entre sí como una unidad funcional compartiendo tiempo y espacio. La Marca Personal es un concepto que nace en el año 1997 de la mano del famoso escritor y consultor Tom Peters. Aunque inicialmente se planteó como una estrategia en la que los pilares del branding relativos a la construcción de una marca podían ser utilizados por las personas, hoy por hoy este concepto ha evolucionado y se ha enriquecido abarcando nuevas vertientes. Desde mi punto de vista todas deberíamos activar nuestra Marca Personal fusionando personalidad y profesionalidad. Visualizo la Marca Personal como un maravilloso cóctel que bien agitado hace que sus ingredientes se integren, generando espuma e influyendo en la textura final. Nuestras experiencias vitales y nuestro recorrido profesional hacen que activemos, atraigamos y generemos una comunidad propia. La educación y evolución profesional formarían el primero de los 3 pilares sobre los que se va a edificar la construcción de nuestra Marca Personal. Cuando hablo de educación me remonto a nuestro primer contacto con ciertas materias. Recuerdo mis primeras clases de teatro siendo muy pequeña y cómo estas han influido en mi método para hablar en público “Oratoria Experiencial”. Formarnos en campos inusuales y estar en continua transformación enriquecen enormemente esta evolución. El estilo propio definiría el segundo pilar. Nuestra forma de relacionarnos con los demás, vestirnos y por supuesto comunicarnos. Y por último estaría la perspectiva que tenemos de la ética y la integridad. Creencias y opiniones firmes basadas en nuestros valores. En cuanto a la activación de nuestra Marca Personal los entornos ON y OFF son igual de importantes. En ambos deberíamos buscar coherencia y calidad. Aunque vivamos en una sociedad aparentemente hiperconectada existe una tendencia generalizada al aislamiento. Cuando construimos y activamos nuestra Marca Personal el contacto físico ayuda, y mucho. Por último, no quería dejar de nombrar la importancia del autoconocimiento, esta increíble inmersión de la que muchas veces huimos por miedo a no saber gestionar lo que nos podemos llegar a encontrar. Aquella mujer que no trabaja su autoconocimiento se está perdiendo algo maravilloso, el mejor viaje. Trabajar cada día profundizando en lo que nos motiva, conociendo lo que queremos y lo que no queremos, nos empodera. Ser diferente es una bendición y desarrollar nuestra Marca Personal un regalo.Si tuviera que elegir una naranja entre una bolsa de naranjas sin duda sería la de la piel azul. Siempre he tenido una predisposición natural a fijarme en lo diferente. Por suerte a pesar de vivir en una sociedad tantas veces robótica, cada vez se valora más la valentía de sentirse y reconocerse diferente. Los docentes tenemos parte de esta responsabilidad. La educación es la gran aliada a la hora de acompañar y empoderar la diferenciación. Una vez más la naturaleza nos da lecciones recordándonos que los ecosistemas deben ser ricos, variados e integrados por comunidades de vegetales, animales y microorganismos que interactúan entre sí como una unidad funcional compartiendo tiempo y espacio. La Marca Personal es un concepto que nace en el año 1997 de la mano del famoso escritor y consultor Tom Peters. Aunque inicialmente se planteó como una estrategia en la que los pilares del branding relativos a la construcción de una marca podían ser utilizados por las personas, hoy por hoy este concepto ha evolucionado y se ha enriquecido abarcando nuevas vertientes. Desde mi punto de vista todas deberíamos activar nuestra Marca Personal fusionando personalidad y profesionalidad. Visualizo la Marca Personal como un maravilloso cóctel que bien agitado hace que sus ingredientes se integren, generando espuma e influyendo en la textura final. Nuestras experiencias vitales y nuestro recorrido profesional hacen que activemos, atraigamos y generemos una comunidad propia. La educación y evolución profesional formarían el primero de los 3 pilares sobre los que se va a edificar la construcción de nuestra Marca Personal. Cuando hablo de educación me remonto a nuestro primer contacto con ciertas materias. Recuerdo mis primeras clases de teatro siendo muy pequeña y cómo estas han influido en mi método para hablar en público “Oratoria Experiencial”. Formarnos en campos inusuales y estar en continua transformación enriquecen enormemente esta evolución. El estilo propio definiría el segundo pilar. Nuestra forma de relacionarnos con los demás, vestirnos y por supuesto comunicarnos. Y por último estaría la perspectiva que tenemos de la ética y la integridad. Creencias y opiniones firmes basadas en nuestros valores. En cuanto a la activación de nuestra Marca Personal los entornos ON y OFF son igual de importantes. En ambos deberíamos buscar coherencia y calidad. Aunque vivamos en una sociedad aparentemente hiperconectada existe una tendencia generalizada al aislamiento. Cuando construimos y activamos nuestra Marca Personal el contacto físico ayuda, y mucho. Por último, no quería dejar de nombrar la importancia del autoconocimiento, esta increíble inmersión de la que muchas veces huimos por miedo a no saber gestionar lo que nos podemos llegar a encontrar. Aquella mujer que no trabaja su autoconocimiento se está perdiendo algo maravilloso, el mejor viaje. Trabajar cada día profundizando en lo que nos motiva, conociendo lo que queremos y lo que no queremos, nos empodera. Ser diferente es una bendición y desarrollar nuestra Marca Personal un regalo.